lunes, 12 de noviembre de 2007

EL ARTE DE LA ACTUACIÓN Y LA POLÍTICA




DARHUID JONATHAN CAMACHO
Estudiante Tercer Semestre
Facultad de Derecho



Desde luego este articulo será enteramente dedicado al arte de la actuación, pero no sin dejar de lado este “virtuoso” componente de la política; y muchos menos ahora en nuestra primera edición, pues si bien es parte del agradecimiento a cada una de las personas que creyeron y aportaron a esta excelsa iniciativa, me refiero a nuestra Facultad de Derecho, compañeros, profesores y por supuesto directivos. Por eso dedicado a este grupo de personas quise matizar y más que eso señalar el aspecto político de este escrito y su vinculo con algo que sin comillas puedo señalar virtuoso (El arte de la actuación).

Algunas personas en repetidas ocasiones me han preguntado ¿Qué tiene que ver el arte de la actuación con la política?, algunas veces fue formulada de manera satírica, teniendo en cuenta que soy un licenciado en artes que se inclino por el estudio del derecho, especialmente por el derecho constitucional y la política. Desde luego no era meritoria una respuesta puntual a esas personas. La respuesta tiene razones lucidas tratándose de este dualismo.

El arte de la actuación es un servicio, un servicio supremo de provocar sentimientos en las personas; rencor, rabia, dolor, odio, despertar pasiones, hacer llorar, hacer reír y mantener en tensión a un público gigante, en esto se basa el éxito del buen actor y por supuesto, del montaje, lo que hace que la historia pueda tener continuidad y no deje de ser exitosa, una historia en la que se puede creer muchas veces que llegará al final, pero hay que seguirlo esperando. Si analizamos los anteriores requisitos podemos ver lo complejo del caso, ya que reunir todos estos elementos con delicada armonía es uno de los grados más altos de este arte. Ahora bien, si en éste momento usted ya se hizo la pregunta ¿Y que tiene que ver todo esto con la política?, ¿Cuál es el dualismo que existe?, pues la respuesta ya esta dada.

Nuestro país durante muchos años ha sido el teatro de un excelente grupo de “artistas” que sin llegar a tener que estudiar actuación se han convertido en los ídolos de muchos, gracias a sus excelentes desempeños en el tablado, al que le llamaremos congreso, claro, este es uno de tantos escenarios que se muestran en la grandiosa obra llamada “Democracia Colombiana”. Quizás la obra mas autentica y mejor creada en el mundo; con un reparto prodigioso, pasmoso, fenomenal, extraordinario, no se que más expresar de esta labor; un reparto en el que los protagonistas son siempre los mismos grupos y en el que se sustituyen con los mismos del combo.

¿Usted la ha escuchado verdad?, es posible que si, ¿Pero… la ha visto?, claro ya sé, seguramente es lo que la hace tan famosa, el hecho de nombrar algo que no se ha mostrado desde el comienzo del acto, pero… claro, no ha hecho falta, si los actores de tan alta gama saben entretener al público, y si que lo saben hacer, saben manipular e improvisar lúcidamente, crean sentimientos, tanto que incluso, hacen que unos se maten con otros, ¿increíbles no?. A… y les queda tiempo para ser los padres de la patria, eso si es insuperable, y así nos tienen esperando el tan deseado final feliz. En un país de tan grande hiperestesia política no podemos seguir siendo público, tenemos que subir al escenario y cambiar la historia antes de que nos saquen del teatro y se repartan las ganancias de la taquilla, mientras que no nos queda ni para comer un pan, porque de la emoción lanzábamos todo el dinero al escenario.

Espero haber respondido con suficiente claridad la respuesta del dualismo (El arte de la actuación con la política) o por lo menos haber sembrado una duda o una nueva crítica, claro, me despido diferenciando que los estudiantes y profesionales de la actuación, realizan su aporte, expresando sus sentimientos o los de otros, los farsantes hacen lo contrario, no expresan nada suyo, se esconden todo porque saben que no les conviene, es lo que los convierte en mejores actores.

1 comentario:

Maryory Valdés dijo...

Hola:

Estoy de acuerdo contigo, la politica y la actuación son paralelas, como dijo Uribe en la cumbre de Río "la politica es una farsa" .

La diplomacía política se inventó para reirse cuando no tienes la más remotas ganas de hacerlo, para clausurar disputas que se siguen teniendo por dentro y para la eterna hipocresía.

Si que son buenos artistas los gobernantes del planeta.

Muy acertada la columna.

Maryory.